viernes, julio 24, 2015

Vulnerabilidad

... nos cuesta desnudarnos, porque sabemos lo profundas que pueden ser algunas heridas.

Pero vulnerabilidad no es antónimo de fuerza, es una parte necesaria.

Tenemos que forzarnos a abrirnos, a descubrirnos, a brindar cuanto tenemos.

Y rezar para que sea suficiente... porque si no... no triunfaremos.

Meredith Grey

sábado, mayo 30, 2015

Queda prohibido

¿Qué es lo verdaderamente importante?
Busco en mi interior la respuesta,
y me es tan difícil de encontrar.

Falsas ideas invaden mi mente,
acostumbrada a enmascarar lo que no entiende,
aturdida en un mundo de falsas ilusiones,
donde la vanidad, el miedo, la riqueza,
la violencia, el odio, la indiferencia,
se convierten en adorados héroes.

Me preguntas cómo se puede ser feliz,
cómo entre tanta mentira se puede vivir,
es cada uno quien se tiene que responder,
aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme solo alguna vez.

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.

Queda prohibido no demostrarte mi amor,
hacer que pagues mis dudas y mi mal humor,
inventarme cosas que nunca ocurrieron,
recordarte sólo cuando no te tengo.

Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando les necesito,
no ver que también nosotros somos distintos.

Queda prohibido no ser yo ante la gente,
fingir ante las personas que no me importan,
hacerme el gracioso con tal de que me recuerden,
olvidar a toda la gente que me quiere.

Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi dios y hacer mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.

Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
olvidar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
pensar que con su falta el mundo se termina.

Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita.

Alfredo Cuervo Barrero

miércoles, diciembre 31, 2014

Errores

Todos cometemos errores. A todas horas. Lo que nos diferencia a unos de otros es cómo reaccionamos después.

A veces, lo único sensato que queda por hacer, si es que hay algo sensato, es simplemente, levantarse al día siguiente. Aferrarse a lo que uno tiene más cerca, e intentar olvidar. O intentar insensibilizarse. Día a día, para conseguir levantarnos al día siguiente. Y, tal vez una mañana, llegar a perdonarnos a nosotros mismos, para levantarnos al día siguiente. Y, con el tiempo, llegar a perdonar a los demás, para levantarnos al día siguiente.

A veces, no se puede hacer otra cosa.

domingo, septiembre 14, 2014

Me obligaré

Me obligaré a mí mismo a decir que no, pese a seguir queriendo.
A no recordar cuando la música suene.
A luchar por lo que creo mío y mirar a lo lejos imaginando lo que no es nuestro.

Me obligaré a levantarme cuando haya caído.
A no agachar la cabeza por lo que crea injusto.
A no sentirme triste por los que ya no tengo.

Me obligaré a escribirme en silencio, pensando que no es a ti a quien escribo.
A engañarme cuando digo que no me acuerdo.
A no salirme del camino que dicen que es correcto.

Me obligaré a resistirme a crear lo que yo creo.
A huir cuando haga falta en lugar de perecer en campo yermo.
A saltar tan alto que casi toque con mis manos tu cielo.

Me obligaré porque yo quiero.
Por no desatar iras, pasiones, ni recelos.
Por no probar fantasías, locuras o deseos.

Me obligaré a creerme libre y cumplir con ello.
A esgrimir una sonrisa bajo un gris cielo cubierto.
A no sufrir por lo no presente o por lo incierto.

Me obligaré a caer tendido mirando el universo.
A ser recogido por tus manos y en tu regazo sentirme tierno.
A mirarte a los ojos y saberme en la paz de tu momento.

Me obligaré a no mirar atrás.
A no anclarme en el pasado.
A dar un nuevo paso hasta el último aliento.

Me obligaré a las caricias del que las necesita por dentro.
A susurrarte al oído cuando de grito es mi deseo.
A no saber si eres mío, si soy tuyo, si es nuestro.

Me obligaré a no obligarte.
Tal vez a no sugerirte, pero siempre a regalarte.
Sin duda a darte solo lo que tengo, pues mezquino es el que ofrece sabiendo que no poseo.

Me obligaré a no obligarme.
A quererme como soy.
A aceptarte porque te quiero...

martes, diciembre 24, 2013

Invictus

En la noche que me envuelve,
negra, como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias
no he gemido ni llorado.
Ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado,
jamás me he postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos,
acecha la oscuridad con su horror.
No obstante, la amenaza de los años me halla
y me hallará sin temor.

Ya no importa cuán recto haya sido el camino,
ni cuántos castigos lleve a la espalda.
Soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.

William Ernest Henley

viernes, diciembre 28, 2012

Ser o parecer. Segungo intento.

Al final de la primera parte, planteaba un interrogante: cómo ser tal y como uno es (nuestro yo ideal) ante el mundo sin caer en el yo que solemos enseñar a los demás (la apariencia que tanto nos gusta moldear y perfilar). Pero suele haber un abismo enorme entre ambas visiones (la personal y la exterior) y eso hace que haya desequilibrios en nosotros y en nuestras relaciones con el resto del mundo.

Si tomamos como premisas que la realidad es percepción y la verdad es lo que elegimos creer, hay tantas combinaciones como personas habitan el planeta. Pero el secreto que pocos conocen y dominan es que es posible cambiar la realidad propia como uno quiere, como uno desea. Porque nuestra realidad depende únicamente de nuestra percepción. Y eso sí se puede cambiar.

Lo primero que debemos tener en cuenta que lo único que importa es el ahora. No las preocupaciones por el futuro ni las lamentaciones o los triunfos del pasado.

Sólo podemos cambiar quiénes somos, no podemos cambiar a los demás. Debemos centrarnos en nosotros mismos, en nuestros pensamientos, emociones y actos. Y debemos prescindir de las urgencias del tiempo, de las limitaciones del entorno y de la prisión del cuerpo para ello. A la larga, si esos cambios se reflejan en el exterior, cambiará cómo los otros nos ven.

Pero, sobre todo, es crucial evitar el autoengaño. Es necesario que la validación del nuevo yo provenga de uno mismo. No de los demás. Muchos de nuestros actos van encaminados a obtener la validación externa, pero si la primera no es la nuestra, podemos caer en un círculo vicioso de frustración e insatisfacción constante. Es el vacío interior en el que muchos están sumidos, aunque no sean conscientes de ello.

No podemos aparentar quien no somos porque eso causa traumas a largo plazo. Pero podemos cambiarnos para que los demás nos vean como en realidad queremos ser. Porque cuando lo seas no tendrás que pensar que lo eres. Sabrás que lo eres. Como decía Gandhi: "se tú el cambio que quieres ver en el mundo".

domingo, noviembre 27, 2011

En busca del auténtico swing

Dicen que todo depende del agarre. Siempre he pensado que un hombre se agarra a su palo igual que se agarra a su mundo.

El ritmo del juego es el ritmo de la vida.

El truco es... encontrar el swing. Usted lo ha perdido y hay que encontrarlo. Y hay que buscar en la armonía de todo lo que es, de todo lo que fue, de todo lo que será.

[...]

El campo de golf hace sufrir al golfista. Respira y vive como nosotros.

Dentro de todos y cada uno de nosotros hay un verdadero y auténtico swing. Algo con lo que nacemos, algo que es nuestro y sólo nuestro. Algo que no se puede enseñar ni aprender. Debemos mantenerlo vivo. Con el paso del tiempo, el mundo puede robarnos ese swing, y queda enterrado en nuestro interior, bajo todos nuestros 'habría, podría, debería...'. Hay quien llega a olvidar cuál era su swing.

Sigue escuchando los sonidos de la noche. Sigue balanceando el palo hasta que seas parte de ese todo.

No puedes hacer que la bola entre en el hoyo. Tienes que dejarla entrar.

[...]

Su balanceo previo, es como si buscara algo. Lo encuentra. Se asegura de estar justo en el centro. Se concentra. Puede escoger entre muchas formas de golpear. Únicamente hay un golpe que está en perfecta armonía con el campo. Un golpe que es su auténtico golpe. Y ese golpe lo va a elegir a él. Hay un golpe perfecto que nos elige a cada uno de nosotros. Y lo único que tenemos que hacer es despejarle el camino, dejar que él nos elija. Mírelo, está en el campo.

¿Ve esa bandera? Es un dragón al que tiene que matar. Pero si viera sin forzar la vista, verá el lugar donde las mareas, las estaciones y el movimiento de la Tierra... se reúnen. Y todo lo que existe, se vuelve uno. Ese lugar tiene que buscarlo con su alma.

Búsquelo con las manos, no piense en él. Siéntalo. Sus manos son más sabias que su cabeza. Yo no puedo llevarle allí. Sólo espero ayudarle a encontrar el camino. Está usted, esa bola, esa bandera y todo lo que es usted. Sólo está usted en perfecta armonía con el campo. Allí reside su auténtico swing.

[...]

Yo estoy hablando de un juego. De un juego que no se gana. Sólo se juega.

No hay una sola alma en la Tierra que no soporte una carga que no entienda. No es usted el único. Pero ya lleva demasiado tiempo cargando con esta. Siga adelante y suéltela.

Tiene que elegir. Puede parar o empezar a caminar, hacia donde ha estado siempre y quedarse ahí. Quieto. Muy quieto. Y recordar. Fue hace sólo un momento. Es hora de que salga de las sombras. Es hora de elegir. No está solo. Yo estoy con usted. Siempre lo he estado. Vuelva a jugar su juego, el único que sólo usted puede jugar. El que se le concedió cuando vino a este mundo. ¿Preparado? Pues colóquese. Golpee esa bola, no se reserve nada. Entréguelo todo. Es el momento. Permítase recordar. Recordar su swing. Relájese. Ahora es el momento.

Dedicado a mi Bagger Vance particular ;).