jueves, agosto 24, 2006

Oportunidades

¿Que no pueden admirar tu agudeza? Sea, pero todavía existen otras muchas cosas para las que has nacido con un don natural. Haz acopio, pues, de aquellas que dependen únicamente de ti: sinceridad, dignidad, fortaleza, moderación frente a los placeres, resignación ante el destino, necesidad de poco, bondad, libertad, sencillez, seriedad en los propósitos, grandeza de ánimo.

¿Te das cuenta de cuántas cosas puedes adquirir ya, sin que tengas ninguna incapacidad o insuficiencia natural que te sirva de excusa? Y, sin embargo, de forma voluntaria, te encuentras todavía por debajo de tus posibilidades. ¿Es por culpa de un defecto en tu constitución por lo que te ves obligado a refunfuñar, a ser avaro, a adular, a culpar a tu cuerpo, a darte gusto, a andar sin rumbo, a hacer sufrir a tu alma tales oscilaciones? No, desde luego. Hace tiempo que podías haberte librado de estos defectos, y ser culpable sólo de cierta lentitud y torpeza para comprender. E incluso la lentitud puedes ejercitarla, y no resignarte ni complacerte en ella.


Marco Aurelio

martes, agosto 15, 2006

Revelaciones

¿Te importa si te hago una observación? Estás al borde de la angustia existencial. Esa desesperada necesidad de compañía, para que algo llene tu tiempo. Estás mirando tu propia tumba.

Mírate al espejo. ¿Qué es lo que ves? ¿Un extraño? ¿Nada? ¿Por qué? Porque allí no hay nada. Eres un árbol sin sombra. Eres un pozo vacío. Eres un grito silencioso. La mayoría del tiempo puedes negarlo, pero no cuando estás solo sin distracciones. Entonces te ves forzado a enfrentarte y a tratar con la cuestión, es decir, se te lanza a la cara, te lo tragas.

La única cuestión: ¿cuál es el significado de mi existencia? Deja de huir, no puedes escapar a la respuesta. Tu existencia no tiene significado. Ninguno. Y si no eres capaz de asumirlo, vas a continuar llevando una vida incompleta, frustrada y completamente neurótica. No pretendo darte un consejo, pero si yo fuera tú, aprendería a quedarme quieto frente al abismo, a abrazarlo, a no hacer nada.


Bernard Stevens