domingo, enero 28, 2007

Sobre la venganza

Leyendo "la reglas del juego", me ha apetecido hacer mi pequeña reflexión sobre este tema.

Si te mienten, miente.
Si te traicionan, traiciona.
Si te humillan, humilla.
Si te menosprecian, menosprecia.
Si te matan… ¿qué harás?

La mejor receta contra cualquier afrenta es el perdón y el olvido, pero debemos ser realistas, somos seres humanos, y tenemos dos cualidades muy arraigadas: la memoria y el rencor. Necesitamos hacer algo, lo que sea, y de ahí la vieja regla del “ojo por ojo”. No obstante, en mi opinión, la vieja regla no terminará con quienes te agreden, terminará contigo. Tal vez por eso se dice que la venganza es un plato que se sirve frío, porque al final es una solución que termina dejándote helado, seco. No vas a perder la vida, pero es muy posible que termines perdiendo algo que la sustenta: tu dignidad.

Yo personalmente prefiero luchar con otra arma, la indiferencia. Es un arma mucho más limpia, más elegante, no te quedas manchado, pero el daño es igual o más certero, si eso es lo que pretendes. Por otra parte, la venganza implica demasiado sentimiento, significa que aquella persona que te hizo ese daño está presente en tus pensamientos. La indiferencia duele mucho más, porque demuestras con ella que esa persona ni siquiera merece el más ínfimo de los rincones de tu mente, puesto que ni te molestas en urdir un plan que pueda herirla. En el fondo, la indiferencia es la más cruel de las vendettas.

Ojos que buscan

Ojos anhelantes,
ojos expectantes.

Nublados por el humo,
heridos por las luces,
buscan otros ojos
que busquen lo mismo.

Apenas les queda
un hilo de voz,
las piernas flaquean,
un último intento,
¿serás tú mi ángel?
¿seré yo tu dios?

No son ángeles
no son demonios,
no son sino cuerpos
de simples personas,
de personas solas.

Penosos despojos de la noche

Oracion irlandesa

Que el camino salga a tu encuentro.

Que vivas por el tiempo que tú quieras y que siempre quieras vivir plenamente.

Recuerda siempre olvidar las cosas que te entristecieron.

Pero nunca te olvides de recordar las cosas que te alegraron.

Recuerda siempre olvidar a los amigos que resultaron falsos.

Pero nunca olvides recordar a aquellos que permanecieron contigo.

Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron.

Pero nunca olvides recordar las bendiciones de cada día.

Que el día más triste de tu futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado.

Que nunca se te venga el techo encima, y si fuera así, que los amigos reunidos debajo de él, nunca se vayan

Que siempre tengas palabras cálidas en un frío anochecer, una luna llena en una noche oscura y que el camino siempre se abra a tu puerta.

Que vivas cien años, con un año extra para arrepentirte!

Que tus vecinos te respeten ,los problemas te abandonen, los ángeles te protejan, y que el cielo te acoja.

Que la buena suerte te persiga y cada día
y cada noche tengas muros contra el viento, un techo para la lluvia, bebidas junto a la fogata, risas para consolarte, aquéllos a quienes amas cerca de ti, y todo lo que tu corazón desee!

Que no conozcas nada más que la felicidad.

Desde este día en adelante, Dios te conceda muchos años de vida; de seguro Él sabe que la Tierra no tiene suficientes ángeles.

No es tu aptitud, sino tu actitud, lo que determina tu altitud.

viernes, enero 12, 2007

Resurrección

Siento que mi alma se encuentra perdida,
que se junta la noche y el día.

Siento que si te veo,
terremotos recorren todo mi cuerpo.

Haces que se vaya mi melancolía,
me devuelves de nuevo a la vida.


Antes de llegar siquiera a conocerte,
mucho antes ya te quería,
como algo inalcanzable
así, así, así, así te quería.

Haces que se vaya mi melancolía,
me devuelves de nuevo a la vida.
Tú haces que se vaya mi melancolía,
me devuelves de nuevo a la vida.


Quiero un mundo nuevo,
mi corazón no lo compra el dinero,
quiero palmas que acompañen a mi alma.

Haces que se vaya mi melancolía,
me devuelves de nuevo a la vida.
Tú haces que se vaya mi melancolía,
me devuelves de nuevo a la vida.

Me devuelves de nuevo a la vida.


Amaral

jueves, enero 04, 2007

Consejos de un montañero

El alpinismo es el arte de recorrer las montañas afrontando los mayores peligros con la mayor prudencia. Llamamos arte al logro de un saber mediante una acción.

Cuando vayas a la aventura, deja alguna huella de tu paso, ella te guiará al regreso: una piedra colocada sobre otra, unas hierbas aplastadas por un bastonazo. Pero si llegas a un lugar infranqueable o peligroso, piensa que la huella que has dejado podría extraviar a los que puedan seguirla. Vuelve entonces sobre tus pasos y borra la huella. Y esto está dirigido a cualquiera que desee dejar en este mundo huellas de su paso. Aun sin quererlo, siempre dejamos huellas. Responde de las tuyas ante tus semejantes.

Cuando los pies no quieren llevarnos más, se camina con la cabeza. Y es cierto. Tal vez no corresponda al orden natural de las cosas, pero, ¿no es mejor caminar con la cabeza que pensar con los pies, como a menudo sucede?

René Daumal, El Monte Análogo