domingo, noviembre 27, 2011

En busca del auténtico swing

Dicen que todo depende del agarre. Siempre he pensado que un hombre se agarra a su palo igual que se agarra a su mundo.

El ritmo del juego es el ritmo de la vida.

El truco es... encontrar el swing. Usted lo ha perdido y hay que encontrarlo. Y hay que buscar en la armonía de todo lo que es, de todo lo que fue, de todo lo que será.

[...]

El campo de golf hace sufrir al golfista. Respira y vive como nosotros.

Dentro de todos y cada uno de nosotros hay un verdadero y auténtico swing. Algo con lo que nacemos, algo que es nuestro y sólo nuestro. Algo que no se puede enseñar ni aprender. Debemos mantenerlo vivo. Con el paso del tiempo, el mundo puede robarnos ese swing, y queda enterrado en nuestro interior, bajo todos nuestros 'habría, podría, debería...'. Hay quien llega a olvidar cuál era su swing.

Sigue escuchando los sonidos de la noche. Sigue balanceando el palo hasta que seas parte de ese todo.

No puedes hacer que la bola entre en el hoyo. Tienes que dejarla entrar.

[...]

Su balanceo previo, es como si buscara algo. Lo encuentra. Se asegura de estar justo en el centro. Se concentra. Puede escoger entre muchas formas de golpear. Únicamente hay un golpe que está en perfecta armonía con el campo. Un golpe que es su auténtico golpe. Y ese golpe lo va a elegir a él. Hay un golpe perfecto que nos elige a cada uno de nosotros. Y lo único que tenemos que hacer es despejarle el camino, dejar que él nos elija. Mírelo, está en el campo.

¿Ve esa bandera? Es un dragón al que tiene que matar. Pero si viera sin forzar la vista, verá el lugar donde las mareas, las estaciones y el movimiento de la Tierra... se reúnen. Y todo lo que existe, se vuelve uno. Ese lugar tiene que buscarlo con su alma.

Búsquelo con las manos, no piense en él. Siéntalo. Sus manos son más sabias que su cabeza. Yo no puedo llevarle allí. Sólo espero ayudarle a encontrar el camino. Está usted, esa bola, esa bandera y todo lo que es usted. Sólo está usted en perfecta armonía con el campo. Allí reside su auténtico swing.

[...]

Yo estoy hablando de un juego. De un juego que no se gana. Sólo se juega.

No hay una sola alma en la Tierra que no soporte una carga que no entienda. No es usted el único. Pero ya lleva demasiado tiempo cargando con esta. Siga adelante y suéltela.

Tiene que elegir. Puede parar o empezar a caminar, hacia donde ha estado siempre y quedarse ahí. Quieto. Muy quieto. Y recordar. Fue hace sólo un momento. Es hora de que salga de las sombras. Es hora de elegir. No está solo. Yo estoy con usted. Siempre lo he estado. Vuelva a jugar su juego, el único que sólo usted puede jugar. El que se le concedió cuando vino a este mundo. ¿Preparado? Pues colóquese. Golpee esa bola, no se reserve nada. Entréguelo todo. Es el momento. Permítase recordar. Recordar su swing. Relájese. Ahora es el momento.

Dedicado a mi Bagger Vance particular ;).

domingo, mayo 22, 2011

Una oportunidad

Mañana despertará un mundo nuevo, que otras personas moldearán... y la elección les corresponde a ellos.
V
Ahora este país necesita algo más que un parlamento, necesita esperanza.
Es la hora.
Nadie olvidará jamás esta noche y lo que significó para este país...
Evey Hammond

lunes, marzo 14, 2011

Unas líneas para Ignacio

... cierro mis ojos y allí lo veo, tirando de aquel enorme carro lleno de pescado traído por la "LLuch Arnau". Con el mismo esfuerzo con el que movía el voluminoso carro se había preparado durante años para toda una vida en el mar. Sí, ya sé que entonces ya pintaba y de vez en cuando hacía esas extrañas y enigmáticas figuras en las que mis pequeños buscaban sus juguetes.

Recuerdo una noche, tal vez de Nochebuena, en la que hablamos un buen rato. Luego mi mujer me preguntó sobre lo que charlamos y yo le dije que de todo un poco. Según mi mujer, Ignacio hablaba poco, era reservado y tímido. Pero como yo hacía hablar a las piedras, cómo no me iba a contar el bueno de Ignacio alguna de sus historias en el mar.

Lo recuerdo conduciendo un Opel, primero un Astra, más tarde tuvo un Kadett ranchera lleno de pinturas. Por aquel entonces el primer susto ya había pasado y estaba en plena recuperación. Pero su vida como él la había diseñado o como a él se la habían dibujado ya no podía ser. Aquella primera intervención le había dejado ciertas secuelas que le alejaban terriblemente del mar.

Ignacio poco a poco dejo de ser él para ser Nasio o Hacheh. Se refugió en la pintura, en la escultura, en el arte, aunque a veces también...

Ignacio, el primo Ignacio, venía a ver a los peques. Estos le volvían loco literalmente. A veces se aturdía, pero ¡quien no se iba a aturdir con esos dos pequeños terremotos que solo querían "juerga" junto a él!

Su bolsa de pescado no faltaba, como tampoco sus proyectos. Los montones de trozos de juguetes a punto de ser tirados eran para él el mayor tesoro habido y por haber. Como el orfebre que moldea el oro para hacer una joya preciosa... pero sus creaciones también lo eran. Y como tal tenían que ser vistas.

Recuerdo sus nervios y su emoción cuando consiguió montar una exposición en el pueblo; como también recuerdo el orgullo y la ilusión que les produjo a Marc y a Joel que los cuadros que iban a exponer pintados por ellos inspirados en los de famosos pintores como Miró, Sorolla o Paul Klee, iban a estar junto a los de Ignacio Lluch, "el primo Ignacio", uno de los artistas estudiados ese año. Recuerdo a los dos haciéndose unas fotos en la entrada de la exposición, junto a la foto de Ignacio un cálido pero lluvioso domingo de finales de mayo del año 2008, de eso aún no hace ni tres años.

Se que yo no era su mundo, pero a veces entraba en él como el encargado en ayudarle con esas mágicas y a la vez diabólicas herramientas que eran los ordenadores. Cómo no recordar esa pantalla que apagada parecía un cuadro moteado de salpicaduras y que encendido era un auténtico tormento para una persona normal, pero no para él. Él era especial y ese era su mundo particular.

Hasta que no echamos la vista hacia atrás no nos damos cuenta de la evolución que llevó. Siempre he pensado que su interior fue un auténtico mundo de contradicción. Un arma arrojadiza contra él mismo y que usó arrojándosela más de una vez. Cuadros de auténtica paz en los que caras horrorizadas y hasta doloridas intentaban emerger buscando su sitio, buscando el aire que les devolviera la vida. Recuerdo esa contradicción plasmada hace un año, el día que celebramos los 90 años del abuelo Ignacio. Como se había esforzado en hacer un delicado y sentimental trabajo de recuerdos del abuelo a la vez que sufría y se dejaba llevar porque esa misma semana le habían comunicado que el tumor había vuelto a aparecer, 5 años después: "Va, si las noches de juerga loca no me han matado, esto no lo hará".

Pero esta vez el enemigo iba demasiado en serio.

Hoy, esta noche, todos estaban con él. Esta noche era su fiesta. Pero la fiesta de esta noche era una fiesta muy triste, porque era la fiesta de su despedida. Una triste alegría o una alegría muy triste. Todos, por un momento, hemos sido Ignacio. Para algunos Nasio, para otros Hacheh, para mí el primo Ignacio.

Jo, si yo estoy triste por él y por los demás, como no estarán los que lo conocieron desde el principio. Los que jugaron con él a hacer fallas con trozos de madera para luego quemar en una hoguera. Los que jugaron con su osito, un osito como el que tuve yo de pequeño y que yo al igual que él también conservo.

Ignacio se va. No lo hará para siempre, porque queda toda su obra y todo su recuerdo, pero se va poco a poco. Es esa impotencia de no saber qué o cómo hacer. Qué decirle a la pobre de Úrsula, que como agua entre sus manos se le escapa. Qué decirle a Paco, con su flamante nueva barca, ya no tan nueva y que Ignacio nunca gobernará. Se despidió de la "Lluch Arnau" para darle una nueva barca de fibra a su hijo y en la que su hijo nunca pudo trabajar. Y qué decirle a la buena de Patricia. Inseparable de su hermano en estos momentos tan duros. Tal vez esa mariposa de alegría que felizmente revoloteaba por entre todos nosotros no salga más de su flor del recuerdo...

Si yo estoy triste pese a haber compartido con él solo momentos buenos, como no han de estar los demás, que poco a poco se les va.

Quisiera liberarlos de tanto dolor, pero quién soy yo para pensar en su dolor o para quitarles su últimos ratos buenos junto a él.

No sé cuánto tiempo más estará entre nosotros, pero al menos hemos tenido más de 5 años de regalo. Todas sus obras de este tiempo. Todos los momentos compartidos, aunque no fueran muchos. Esas peleas con el ordenador. ese no venirme casi nunca bien, pues con 3 niños no es fácil tener tiempo para nada, pero siempre intentar no dejarlo tirado. Esos momentos con los niños, a los que solo quiere ver al menos una vez más. Esos ratos junto a Toni y él, los tres en mi casa, para hacer nada, pero estando juntos. Como los dos querían tener la razón en si tenía que acercarle a algún sitio con el coche o no. El único que traía a Ana y la sacaba a pasear. Pobre Ana, también.

Ignacio, tu recuerdo está asegurado y tu imagen viva. Tal vez tu mito empiece pronto. Genio en vida y un adiós muy temprano. Lo tienes todo para lograrlo. Que por los demás no quede. Seguro que algo te falta por hacer, no te preocupes, alguno de nosotros lo haremos... o al menos lo intentaremos. Ve tranquilo. Si el paso por esta vida es efímero y el objetivo es que nos recuerden, tú lo has logrado.

Grande Ignacio, grande Nasio, grande Hacheh...

Benicarló, madrugada del 4 al 5 de febrero de 2011.

...una semana antes de la muerte de Ignacio...

De la web www.jujosaro.net.

miércoles, enero 12, 2011

El futuro te espera

Hay ciertos hitos en nuestras vidas que nos dan una oportunidad para reflexionar sobre dónde hemos estado y para mirar hacia delante dónde vamos a estar. Si eres afortunado, mirar hacia delante es tan divertido como mirar hacia atrás, pero no todo el mundo tiene esa suerte.

[...]

Nos enseñan a recordar sólo los momentos relevantes, los ritos de paso. La verdad es que los pequeños pasos que nos conducen hasta esos momentos trascendentales, son igualmente importantes. Mirando hacia atrás, vemos que no sólo los grandes momentos, sino también los más humildes, definen quiénes somos y quiénes llegaremos a ser.

Irv Harper

El cambio es constante

Cada célula del cuerpo humano se regenera, de media, cada 7 años. Como las serpientes, a nuestro modo, mudamos la piel. Biológicamente, somos personas nuevas. Quizá parecemos los mismos, el cambio no es visible. Al menos, no en la mayoría. Pero todos cambiamos por completo, para siempre. Pero es normal, el cambio es un imperativo biológico.

Cuando decimos que la gente no cambia, los científicos se echan las manos a la cabeza, porque el cambio es la única constante en la ciencia. La energía, la materia, siempre están cambiando, metamorfoseándose, fusionándose, creciendo, muriendo. Lo antinatural es que las personas intentemos no cambiar. Que queramos aferrarnos a cómo era todo antes en vez de dejar que sea lo que es. Que queramos aferrarnos a viejos recuerdos en vez de generar otros. Que insistamos en creer que, pese a los indicios científicos, todo en la vida es permanente. El cambio es constante.

Cómo vivamos ese cambio, depende de nosotros. Puede parecernos la muerte, o una segunda oportunidad en la vida. Si nos relajamos, y nos dejamos llevar, puede parecernos pura adrenalina. Como si en cualquier momento, tuviéramos otra oportunidad. Como si en cualquier momento, pudiéramos nacer de nuevo.

Meredith Grey

sábado, enero 01, 2011

Nimiedades

Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino.

Todo lo que hagas en la vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas, porque nadie más lo hará.

Mohandas Karamchand Gandhi

Nuestras huellas dactilares no se borran de las vidas que tocamos.

Michael Hawkins